La amplia oferta gastronómica es uno de los puntos fuertes de Madrid. Y con ella, el arte de la buena cocina. Son muchos los espacios donde es posible aprender a desenvolvernos bien entre fogones, a mejorar esa receta de toda la vida, a desarrollar la creatividad como ingrediente y, en definitiva, a disfrutar elaborando platos que nunca imaginaste que serías capaz de hacer. Todo ello, sin renunciar a un aprendizaje ameno y divertido.