Lucio Blázquez regenta en la zona de La Latina este conocidísimo restaurante que suelen frecuentar todo tipo de personajes públicos famosos de la vida social y política, así como artistas nacionales y extranjeros, lo que hace imprescindible la reserva para disfrutar de sus encantos. Ocupa el local en el que estuvo el centenario mesón El Segoviano, en el que Lucio trabajó desde los 12 años, hasta que un tiempo después comprase el restaurante y lo abriese, en 1974, como Casa Lucio.
Decorado como una tasca del siglo XIX y con un ambiente muy bullicioso, Casa Lucio encarna como pocos los valores más tradicionales de la restauración madrileña. Cocina de toda la vida (dirigida por Aurelio Calderón) que basa su éxito en la excelente materia prima, en la profesionalidad de su servicio y en una bodega muy bien surtida.
Son platos obligados de su carta el cocido madrileño y los excelentes callos a la madrileña, aunque también tienen fama la tortilla de patata con pisto, el capón en pepitoria, las patatas Lucio y, como postre, su delicioso arroz con leche.
Pero, sin duda, el plato estrella son los huevos rotos, famosos en todo Madrid, nadie se va de Casa Lucio sin probarlos. Se trata de una receta sencilla, compuesta de huevos fritos desmenuzados, jamón serrano y patatas fritas, pero que gracias a la calidad de los ingredientes que utilizan y la forma de cocinarlos lo han convertido en una comida de lujo.
Los tres hijos de Lucio dirigen ahora el negocio y de su mano han surgido otros tres locales: el restaurante Viejo Madrid (Cava Baja, 32), El Landó (Plaza de Gabriel Miró, 8), y La Taberna de los Huevos de Lucio (Cava Baja, 30).